sindrome de Ulises

Apuntes en relación al quehacer psicológico respecto al “ Sindrome de Ulises                                                                                                 

 

En los últimos 20 años aproximadamente, los países del sur de Europa han experimentado un cambio radical en el sistema  internacional de migración, han pasado de ser países de emigración a ser países de destino de inmigración.

 

En la actualidad y en nuestro caso, la intensidad y dimensión aluvional que caracteriza a la inmigración, ha merecido que se movilicen múltiples recursos y se realicen acciones que vehiculicen la inclusión (y cohesión) social.

 

La integración es fundamentalmente una necesidad. Tanto del individuo como  de la sociedad .Pues una sociedad no integrada se traduce en una mala convivencia que daña el adecuado desempeño de la misma, trasladando dicho malestar a todos los planos que componen un país, dificultando su crecimiento y poniendo en peligro su propia existencia.

 

A su vez desde otra perspectiva, integrarse es vital para el ser humano, pues es la única posibilidad de desarrollarse como tal.

 

Por tanto –y siguiendo esta metáfora operativa- es indispensable que  sociedad e individuo hagan  lo suyo para concretar este objetivo común.

 

Ahora bien en el plano individual observamos que las circunstancias en las que se gesta actualmente el proyecto migratorio son particularmente difíciles: deterioro económico de los países de origen en grado de pobreza y miseria, con alta inestabilidad social, la intervención de mafias en la concreción del mismo, con los consiguientes perjuicios que ocasionan las acciones abusivas y delictivas...etc.

 

 Desde su experiencia y profundo conocimiento de la problemática Joseba Achotegui[1], fundamenta que “existe una relación directa e inequívoca entre el grado de estrés limite que viven estos inmigrantes y la aparición de sus síntomas psicopatológicos” … “Emigrar se está convirtiendo hoy para millones de personas en un proceso que posee unos niveles de estrés tan intensos que llegan a superar la capacidad de adaptación de los seres humanos”[2].Podemos afirmar entonces que dichos sujetos no están en condiciones psicológicas de emprender un proceso saludable de inclusión social, sin el apoyo profesional que les habilite a retomar la  continuidad de su existencia, interrumpida por el grado de  impacto de unas exigencias extraordinarias .

Pero- como también dice Achotegui- “emigrar nunca ha sido fácil” esto significa que aunque las condiciones no sean extremas como las que señalamos más arriba, migrar comporta en sí mismo estresores que hacen siempre  doloroso en alguna medida el emprendimiento. En suma la situación de emigrar produce siempre en los /las protagonistas un cierto desajuste interno que promueve desde una vulnerabilidad transitoria y esperable hasta una invalidación de sus capacidades.

Por tanto desde nuestro compromiso con la promoción de salud y bienestar, desde nuestro que hacer como psicólogas y psicólogos consideramos que el apoyo psicológico a estas personas  es una de las herramientas  necesaria para propiciar que las mismas  logren superando su padecimiento, posicionarse en la sociedad positiva y activamente. El apoyo psicológico supone una intervención que apunta a la reorganización de la identidad, al reencuentro con los recursos internos, al desarrollo de las potencialidades, al incremento de los niveles de autonomía y asertividad.  En síntesis: a retomar el control de la propia vida asumiendo con ello la responsabilidad concerniente. Entendemos que para que se despliegue un proceso activo y positivo de integración social estos recursos individuales son básicos.

 

 

 

 

  Lic. Psic.María Inés Vidal Maruri

 

 

 

 

 

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[1] Psiquiatra. Profesor titular de la Universidad de Barcelona. Director del SAPIR (Servicio de atención psicopatológica y psicosocial a inmigrantes y refugiados)del Hospital de Sant Pere Claver de Barcelona.

[2] Achotegui,J-Emigrar en situación extrema: el Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple(Síndrome de Ulises), En NORTE de SALUD MENTAL Nº 21.2004. pag.39